Cómo salir airoso al pronunciar otros idiomas: «entender» los sonidos

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PODCAST, aquí  (la voz es el mensaje, ya sabes…)

¿Te cuesta comprender idiomas que has estudiado? ¿Tienes problemas para ser entendido cuando pronuncias un idioma distinto al tuyo? ¿Eres locutora, o locutor, y te atascas cada vez que te enfrentas a un texto con palabras extranjeras…?

Los problemas que nos surgen a la hora de pronunciar otros idiomas distintos al nativo son comunes a todos los mortales, si bien es cierto que dependiendo cuál sea nuestra lengua materna, nos resultará más o menos complicado.

Los idiomas son  una de las varias dificultades que podemos enfrentar los profesionales de la locución a la hora de leer un texto. No me refiero aquí a los guiones escritos en una segunda lengua, solo accesibles para locutoras bilingües o con los conocimientos suficientes como para defender una lectura con mayor o menor éxito… Sino a la aparición más o menos esporádica de palabras extranjeras, como pueden ser nombres de marcas, personas o ciudades, y los problemas que pueden plantearnos.

En el caso de los nombres conocidos o famosos la cosa suele ser sencilla, porque su pronunciación -españolizada- forma parte de nuestra vida diaria: Scotch Brite, Microsoft, Ketchsup, Marlboro, Frankfurt, Volkswagen, Johnny Walker….. Croissant !

El asunto comienza a complicarse si la clienta o cliente que nos encarga la grabación de un texto, nos dice que prefiere que pronunciemos con el acento original, el suyo propio, por mucho que le insistamos que aquí nadie dice Renault, Bayer, Clarins, Nike, Ikea, Colgate o Depardieu, por citar un nombre propio (lo apreciarás mejor en el podcast).

Aunque la verdad es que pronunciar en su idioma un nombre que ya conocemos «a la española» puede resultar tan o más dicífil que pronunciar uno que nunca habíamos escuchado antes, precisamente por  tener ya una referencia anterior. A ver, es complicado asimilar que la salsa se dice «Gloste», en vez de Gloucester, o que «Le Má» es Le Mans de toda la vida .

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En cualquier caso, un buen cliente, un cliente profesional y competente, ¡un cliente majo, vaya!… 🙂 … que comprende la dificultad que este tipo de requerimiento conlleva, debería enviarnos un archivo de audio con las pronunciaciones correspondientes. Lo ideal sería que la persona encargada de grabar esos sonidos para hacérnoslos llegar, grabara varias tomas de cada palabra, repetida despacio, vocalizando lo suficiente como para que nosotros, locutores extranjeros, escuchemos la pronunciación de manera clara.

(Esto vale también en la dirección inversa: si eres un cliente español enviando un trabajo con palabras españolas a un locutor que no lo es, ¡hazle el favor, toma nota! Te lo va a agradecer infinitamente, y el resultado será una lectura más precisa y fluída… Un win-win en toda regla).

Sin embargo, en muchas ocasiones y por distintos motivos, tenemos que enfrentarnos a un texto con palabras no españolas sin más instrumentos que nuestros conocimientos de otros idiomas si los tenemos y hoy en día contando, por supuesto, con internet. Portales como wordreference.com o forvo.com son una gran ayuda a la hora de buscar la pronunciación de las palabras que no conozcamos, o de las que no estemos seguras.

– ¡Vale pues, fantástico entonces! ¡Ya me pueden poner por delante las palabras más complicadas, que las voy a poder decir del tirón… que no?

– Pues no exactamente. O sí, pero no. O sí a medias, o como decía la canción: depende…

Comentaba al principio que, según mi experiencia, dependiendo de cuál sea nuestra lengua materna, nos va a resultar más o menos complicado pronunciar otro idioma. Y me temo que los que solo hablamos español tenemos algunas dificultades de más con respecto a otros nativos. ¿Por qué? Porque nuestra lengua carece de sonidos que son habituales en otras lenguas como el inglés, el francés, el portugués, el catalán…Razón de peso por la que creo nos resulta más complicada la pronunciación de otros idiomas.

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Como ejemplo personal:  dos grabaciones que realicé el año pasado, destinadas a celebrar en este 2016 el aniversario de una conocida marca alemana de coches. El cliente quería la mejor pronunciación posible de las palabras alemanas, así que me envió dos archivos de audio con todos y cada uno de los numerosísimos nombres en alemán que los guiones contenían.

Lo que habría bastado, seguramente, si yo hablara alemán o tuviera algunas nociones básicas del idioma, cosa que no ocurre. El idioma germano me es completamente desconocido, (bueno, vale, sí: salvo Straße,  danke, kartofell o achtung, y esto último porque lo aprendí gracias a un disco de U2… ) Quiero decir con esto que no conozco sus sonidos, y al no conocerlos, no los sé identificar.

achtung babyEn aquellos archivos de audio que recibí del cliente alemán, la voz de una mujer iba leyendo, a velocidad normal y una sola vez por palabra, una retahíla de nombres. El resultado fue que tuve que hacer varios retakes (varias tomas para corregir) hasta dejar la grabación en buen estado de revista, porque me resultó difícil comprender la pronunciación de algunas palabras, es decir, apreciar qué estaba yo haciendo mal al pronunciarlas.

Así que, frente a este tipo de textos hay que pararse, primero, a ensayar la pronunciación de las palabras. Pero después, y no menos importante, hay que ensayar la frase en la que aparecen, primero solo alguna palabra anterior y posterior, y luego la frase en conjunto, porque los no bilingües no estamos acostumbrados a variar de idioma en una conversación, así que nos ayudará repetir la frase hasta conseguir una entonación y una fluidez que resulten naturales.

Por supuesto, no hace falta ser locutor para tener estos problemas… Estoy cada vez más convencida de que mucho de lo que «nos pasa a los españoles» con el inglés por ejemplo, nos ocurre por esto. El inglés no solo no se habla como se escribe (como es nuestro caso en español) sino que tiene sonidos que no existen en nuestro idioma. Y si no los conoces, si no te los enseñan en clase o en los cursos que sigas , no puedes identificarlos. Por tanto nos será más difícil comprender a la gente, y hacernos comprender, es decir, pronunciar correctamente. (¿Algún profe en el cole o la academia de idiomas te dio clase específica de pronunciación…? Si es así, considérate afortunada.)

Personalmente, acudir a clases de pronunciación de inglés británico estándar, aquí en Londres donde vivo actualmente, ha sido para mí como entrar en una nueva dimensión (además de servirme para conocer la historia de Oswald Laurence, porque la estación de metro cercana a mis clases es Embankment).

Cuando conoces el sonido —> lo identificas —> lo puedes asimilar –> entender —> y pronunciar.

Vale, siempre será más fácil si «se te dan bien» los idiomas, como suele decirse… A los locutores se nos presupone un «buen oído», un sentido del ritmo y una comprensión sonora más acusada. Pero sea como fuere, si no hablas otros idiomas te vendrán bien algunos recursos para intentar «hacer el oído» a esos sonidos distintos, para que te vayan resultando familiares cuando los oigas, y los puedas identificar y reproducir con mayor facilidad.

En francés:

O en inglés:

Son solo dos de los muchos ejemplos que podrás encontrar en la red, te invito a bucear y escoger los que creas más apropiados para ti. Aunque no me resisto a dejar aqui, para los más aventajados, el link a estos vídeos de pronunciación de la BBC, con la fantástica Alex y su acento inglés estándar del sur de Inglaterra .

El inglés americano, de donde provienen muchas de las marcas y personajes cuyos nombres tal vez encontrarás en tu guión para locutar, o cuando presentas tu programa de radio o TV, tiene menos sonidos vocálicos y pronuncia claramente la R (al contrario que el inglés británico estándar) .

Ya te digo, todo un mundo que descubrir o en el que profundizar 🙂

Espero que mi experiencia en este campo te haya sido de utilidad… Y por cierto,  si conoces algún recurso o aplicación sencilla para poder adentrame en los sonidos del alemán, ¡ya estás tardando en contarme!

Así, la próxima igual me es un poco menos complicado decir : Bayerische Motoren Werke , BMW  😉

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-BMW, la marca para la que estuve grabando el pasado año, nombres alemanes incluídos-

EN EL PODCAST:

  • Músicas de : viRoos, «Rainning», y Craig Riley, «Warm Wood» (Creative Commons)
  • Distintos audios de idiomas de Audio-Lingua
  • «Mind the gap», estación de Embankment, por Oswald Laurence

4 comentarios en “Cómo salir airoso al pronunciar otros idiomas: «entender» los sonidos

  1. Genial Vicky! El análisis y los consejos y recomendaciones. Cuando estudiaba inglés en el instituto sólo hubo un curso en el que dimos fonética y pronunciación, y creo que es algo elemental para comprender un idioma nuevo (así nos va…) Si no estás habituado a un idioma, tu oído no va a saber identificar esos sonidos … Viene muy bien ‘hacer oído’ con películas, series en VO e intentar relacionar ese fonema con ese sonido en particular. Me quedo con tus vídeos de pronunciación, gracias!!!

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    • Gracias Ainhoa ! Efectivamente, enchufarse la tele en otro idioma es super útil! Yo era muy escéptica respecto a eso cuando, hace ya unos años, me insistieron con que debía escuchar televisión en inglés… Yo francamente pensé que no servía para nada, pero me equivocaba! Es alucinante como se va esponjando el cerebro!… jajaja
      Gracias siempre por tus comentarios 🙂

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  2. Muy de acuerdo con tu información. Forvo.com super útil para mí. De hecho tengo pronunciadas cientos de palabras en español y gallego para ayudar a otros que también ayudan. Pero tampoco hay que volverse loco con esto, a mi parecer. Hace poco grabé un trabajo para Polonia y la clienta, vía Skype, se empeñaba en que tenía que pronunciar una serie de nombres en “perfecto polaco”. Tras muchos intentos y varios esguinces de lengua, le dije que intentara pronunciar mi nombre (Jorge) en “perfecto español”. Ahí por fin se dio cuenta de que el español que escuche ese video no va a dar importancia a una pronunciación más o menos perfecta mientras se acerque a como lo diría un polaco e incluso uno de allí pueda entenderlo.

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    • Gracias por tu comentario, Jorge! Muy de acuerdo contigo, no hay que volverse loco… pero efectivamente, es el cliente quien tiene que entender que uno puede llegar hasta cierto límite 🙂 Por nuestra parte, eso sí, intentar hacerlo lo mejor posible.

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